De las manos de Madre Carmen y Madre Carlota


En no pocas ocasiones, se nos quiere hacer creer que el mes de noviembre es un mes triste, pero para los católicos debe ser todo lo contrario, un mes de auténtica alegría, en el que debemos tener los ojos abiertos para embriagarnos del ejemplo de los escogidos por Dios.

Comenzó el mes con una celebración que nos habla del Cielo, la solemnidad de Todos los Santos. Y cada domingo, o cada ocasión que participamos en la Santa Misa, nos unimos a ellos cuando cantamos el Santo. Este es un himno que, como dice la Biblia, se canta en el Cielo. Por lo tanto, convertimos cada Misa en una fiesta familiar.

Y en ese gozo no pueden faltar las beatas Madre Carmen y Madre Carlota, que siguen siendo felices y nos quieren felices con ellas en el Paraíso.

El jueves, 9 de noviembre, celebraremos el 124 aniversario de la Pascua de Madre Carmen del Niño Jesús, nuestra fundadora, que siempre estuvo disponible para los más necesitados. Fue incansable, como San Francisco de Asís, y con una actitud de abandono en las manos de Dios.

Pero hoy, 6 de noviembre, comenzamos la semana con otro motivo de fiesta, con el recuerdo a, por ahora, la otra beata de nuestra congregación, Madre Carlota de la Visitación. Ella, que también fue fiel al carisma franciscano, se caracterizó por ser una mujer de oración, de gran amabilidad y, también, de firmeza, hecho que demostró hasta el último de sus días.

En un centro donde día a día se enseña, sabemos que el mejor aprendizaje es el que se adquiere a través del ejemplo. Gracias a Dios, en nuestro centro tenemos a dos grandes modelos. Lo mejor que podemos hacer es tenerlas siempre presentes.

¡Sigamos viviendo la fiesta de la santidad!

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